Momento PUC o como la Católica es otro país parte II (ambas dos)
Dos jueves atrás, corría por la Alameda en dirección al paseo Bulnes para llegar a un almuerzo al que iba 15 minutos atrasado cuando escuché a alguien decir "Buena Machine". Inmediatamente frené a mitad de la calzada sur de la Alameda para darme cuenta de que quien había pronunciado “mi nombre código” era el bueno de Cozano. Alvaro Cozano era miembro de los “Confites”, una extraña asociación nacida a la sombra del taca-taca de Bachillerato y bajo la protección de Don Manuel, alias "Viejo pillo", con los cuales pasé la mayoría del tiempo durante mis dos primeros años en la U.
Hablamos de nuestra trabajos, de nuestras vidas pero todo en un ambiente protocolar, porque, aunque me caía bien, nunca hablé mucho con él. Lo más rescatable y notable del encuentro fue enterarme que Jefe es su jefe.
Caminando al restorant recordé una buena historia sobre Cozano que permitía retratar al gigante de las mechas de clavo.
Un día, el bueno de Cozano decidió hacer uso de las múltiples opciones que brindaba nuestra alma materpara nuestro esparcimiento educativo y tomo el curso de Rugby I (nunca supe porque llevaba número sino no había Rugby II). Dada su contextua física (un metro y 75 cms, de contextura gruesa, tirando para maseteado) la elección no parecía tan extraña. Su figura era más bien rectangular e imponía el respeto que imaginaba había que trasmitir en una cancha de rugby. De hecho, nunca se caracterizó por ser alguien sutil (su primer apodo fue "Hulk"). El día antes de la primera clase le pregunté.
-¿Alguna vez has jugado?.
-Sí, en el Liceo de Aplicación teníamos Rugby I, II y III.
-¿Alguna vez has visto un partido siquiera?
- No weon, ni siquiera sé cuantos son por la'o.
Un par de semanas después apareció comentando su experiencia con el Rugby. En la primera clase, el profesor los separó en equipos y les dijo "tu serás 3". A Cozano le brillaron los ojos, era algo, era "3". Luego tuvo que preguntarle a un compañero lo que significaba ser "3" y ahí entendió que nunca iba a meter un gol. Al final de esa clase supo que el gol en realidad se llama goal y valía 3 puntos, pero que el objetivo final del juego es conseguir un Try, que anotaba con las manos y valía 5 puntos, después del cual, puedes patear un goal, pero que, esta vez, sólo vale 2 puntos.
Las siguientes clases repasaron un poco de técnicas y tácticas básicas del juego, las cuales ya formaban parte del acervo de conocimientos de sus compañeros. Hasta que llegó el momento de jugar un pequeño partido. Por más que trató de recordar todo lo que le enseñaron, siempre estuvo perdido y le reclamaron que no se moviera del centro, que cuidara su sector y que hiciera caso a las instrucciones del arbitro en el scrum.
Así se pasó su primer partido, dando jugo y siendo golpeado cuando se encontraba en la mitad del juego. Se prometió a si mismo que el segundo partido, la historia sería distinta. Sin embargo, no lo fue. Dio jugo y lo retaron durante todo el partido. Su frustración fue creciendo a medida que avanzaban los minutos hasta que ya cerca del final del primer tiempo, el equipo rival robó el balón y abriendo la cancha con los wings comenzaron un rápido contragolpe que pilló a Cozano fuera de su posición (pajareando) en el fondo de la cancha.
Le gritaron "¡Tacklealo!" e hizo caso. Corrió hacía el jugador rival lo más rápido que pudo y lanzó sobre su contrincante la masa enorme y compacta que el llamaba cuerpo y lo golpeó tan fuerte como pudo.
El rival en cuestión voló casi un metro y cayó en el pasto mientras los restantes 28 jugadores exclamaban "uuuuuuuuuhhhhh!!!
Cozano también cayó con la fuerza del impacto y al escuchar la exclamación de sus compañeros de deportivo, se levantó y rápidamente se preparó para la batalla, porque -según él- "no se le entra en mala a alguien sin que este busque mocha".
Se urgió aun más cuando la victima se levanto y se acercó a él, permitiéndole dimensionar el tamaño del tipo. Una mezcla entre Chris Farley y Owen Wilson de alrededor de un metro 80. Cuando esa extraña mezcla de rugbista y surfista terminó de cubrir la distancia que lo separaba de Cozano, este ya estaba listo para agarrarse a combos.
-¿Cuánto pesa, socio?
<¿qué wea quiere este weon?> pensó Cozano.
- 77 kilos.
-Buena, Socio. Pesa 8 kilos menos que yo y me paró en seco.
Cozano no lo podía creer.
-Qué juego más weon este que le enseñan a los cuicos. Hací mierda a un weon y el weon te felicita.
Yo me cagué de la risa. La cara de molestía de Cozano era notable y ciertamente compartía su juicio respecto al tema. El rugby es divertido de ver pero no me agradaría jugarlo. Es cuestion de ver como terminan todos con las orejas de coliflor de tanto agarre que se dan. A él no le pareció tan mal, de hecho lo encontró bakan, después de todo estamos hablando del homre que formó un pequeño club de la pelea al interior de los confites.
Desafortunadamente, la carrera de rugbista de Cozano duró sólo unas 5 semanas, pues al tratar de repetir su hazaña se dislocó el hombro y tuvo que abandonar el curso. Después de eso, se dedicó a tomar el curso de pesas, a aumentar su masa muscular y con ello su tamaño.
Cada vez le decían menos Hulk aunque cada vez se parecía más a él.