Una mierda de persona o como la PUC me cambió la vida
Colega.. says:
es q cuando estaba en el colegio, todos los q me conocían, dentro y fuera, me detestaban, me decian q era super pesada

Colega.. says:
si soy como el vino, me pongo mejor con los años, (en todo sentido)
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
na... yo creo que al igual que te paso lo mismo que me paso a mi
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
yo era ñoño... de hecho lo soy, sólo que ingresé en una carrera donde los ñoños somos mayoria
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
lo mismo con la gente pesada
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
un sociólogo o es ñoño o pesado (pasado a mierda sería l a mejor descripción)
Colega.. says:
ridiculo
Colega... says:
yo no se en q categoria puedo caer, pq me ha dicho las dos

Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
tons eso significa que eres una socióloga de tomo y lomo
Hace un tiempo que públicamente me vengo declarando un ñoño. Un ñoño especial, porque aun sigo encontrando a muchos más noños que yo, sin embargo, he comenzado a dudar de mi. Quizás no soy tan ñoño como pienso y quizás hasta formo parte del otro lado de la distinción. Desde que comencé a comer pasas para poder recordar historias que contar me he cuestionado el contar esta historia ¿Por qué? Pos porque a nadie le gusta quedar mal… lo reconozco, después de esto la pregunta sobre quien es una mierda de persona si S. Piñera o yo, no tendrá una respuesta sencilla.
Todo ocurrió la madrugada del 30 de diciembre del 2006. Estaba yo y nuevamente con mi amigo Alvaro (parece que siempre estoy con él, pero no es así) tomando en un bar de Rgua que se llama Zpasio Zero. Aquí haré una pausa para decirles que el resto es lo que recuerdo del relato que mi el Koko me contó, porque yo esa noche cerré las trasmisiones en algún momento entre las 1 y 2 de la mañana. Resulta que estábamos tomando parados en una barra que se construyó alrededor de una palmera conversando de aquellos temas que hablan los sociólogos PUC (vale decir del poto y del pico) cuando, según lo que me cuenta, detrás de mi se pararon un tipo y dos mujeres. El conflicto comenzó cuando el tipo tomó mi vaso de cerveza y comenzó a beber de él. Ahí afloró todo el capital cultural de estudiante de liceo municipal de mi amigo y le empezó a echar la choreada pa que me devolviera el vaso. Cuando la negociación por el control del vaso parecía acercarse a punto muerto, yo, casi inconciente por el alcohol bebido… mejor dicho, casi a punto de hacerle una visita al piso de lo curado que estaba, sin siquiera voltear a mirar con quien discutía Alvaro digo:
-Pelao… déjalo-
-No, si el vaso es tuyo-
-Na… dejalo... ¿Es Errazuriz, es Morande, es Larraín?. He tratado con tanta gente de clase en mi vida que no voy a preocupar por este-

La reacción (insisto de esto yo no me acuerdo) fue dispar. Mientras el loco se quedo quieto y en silencio, las dos minas que lo acompañaban explotaron en ira.
-Que te crei rucio culiao. ¿De donde saliste, shushetumare? Andate… Andate-
El Koko me dice que les falto poco pa que me pegaran y que él me dijo que nos fuéramos y así lo hicimos. Ni les cuento la caña que tuve ese día… ni el siguiente… recien vine a recuperarme 3 horas antes de año nuevo.
El análisis que Alvaro hace del efecto que produjeron mis palabras en esas dos mujeres parece plausible al momento de querer explicar su reacción. Dice que eran gente de clase media baja, que se notaba que se habían preocupado de se habían producido para salir ese día y que lo más probable es que anduviesen con la mejor ropa que tenían, pero que con el ninguneo que les hice fue como si estuvieran en pelota en medio del local y todos las estuvieran mirando y apuntando.
De un tiempo ha esta parte debo reconocer que he tenido varias reacciones de ese tipo. Ante la más mínima agresión o intento de agresión que percibo hacia mi persona o algún amigo, respondo rápida e intuitivamente con un ninguneo que por lo general provoca que el ninguneado intente agredirme físicamente. Cuando estoy sobrio, me contengo y sólo castigo con el látigo de la indiferencia, pero curado, no... el chico PUC que llevo dentro salta y escupe acido rápidamente y me hace hablar weas.

En resumen hoy por hoy no sé si soy de los sociólogos que son ñoños o simplemente de los pasados a mierda, tiendo a creer que más bien soy ñoño, porque lo pasado a mierda que tengo no es por ser sociólogo. No, sociólogos pasados a mierda por ser sociólogos son Alejandro y Sergio. Yo soy pasado a mierda por haber estudiado en la PUC y, creo que es mejor reconocerlo antes de que alguien me acuse de ello, porque hay mucho de arribista en mi, aunque mi crianza católica intente reprimirlo.