jueves, octubre 09, 2008

SCD = Sociedad de Cobradores y Desinformadores

UPDATE: Me sumo a la Goggle Bomb de Huasonic y cambio el titulo de esta entrada de NO al cano digital, No a la SCD = Sociedad de Cobradores y Desinformadores

Les presento una nota escrita por un amigo en Facebook (hoy todo pasa en Facebook y mis blogs favoritos sufren) y que deseo compartir con mis 17 lectores diarios.


No al canon digital! No a la SCD!

Hoy una compañera de trabajo me envió un mensaje por Facebook, donde comparte su molestia por un acuerdo secreto entre el gobierno y la SCD para modificar la legislación sobre derechos de autor. Mi primera reacción fue de incredulidad, ya que la sola idea de un acuerdo de ese estilo me sonaba más a una cadena jugosa que a una noticia real.

Sin embargo, el mensaje estaba remitido por Cecilia, a quien claramente no imagino reenviando mensajes para recibir un cheque de Bill Gates, y considero por tanto una fuente seria. Eso hizo que le prestara atención al mensaje, lo leyera atentamente y mirara los links originales. En ese momento se me vino a la mente el caso de España, donde una organización llamada Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que controla de manera monopólica los derechos de autor de manera similar a la SCD chilena, consiguió hace un tiempo una serie de regalías que penalizaban a ciertos medios de difusión con un impuesto, por servir eventualmente de nichos para la piratería. Me dije (en voz alta, y ante la mirada extrañada de mis compañer@s de oficina) "yo creía que ese tipo de estupideces no se importaban", pero como es tradición, me equivocaba.

Además de compartir la indignación de Cecilia por la forma en que se producen las leyes (cuestión que no debería ser sorpresa para nadie a estas alturas), me parece tremendamente grave que, entre varias otras aberraciones (como el fin del concepto de uso justo y el refuerzo legal a un monopolio de dudosa legitimidad con la consecuente persecusión a quienes intenten desarrollar cultura de manera libre), lo que resulta realmente impresentable es la posibilidad de gravar al acceso a internet con un impuesto que va derecho a los bolsillos de la SCD, por ser éste un medio posible para la piratería.

Quizás lo anterior tendría un poco de sentido (ni siquiera tanto) si es que ese impuesto liberara al medio para el intercambio de material protegido, vale decir, que pagar el canon liberara el derecho a acceder a material protegido por medio de internet, pero eso lógicamente no es así: se exige el pago de un impuesto porque eventualmente en ese medio podría realizarse una determinada actividad, pero en la práctica la actividad está prohibida. En suma, es como si el estado cobrara la entrada a un barrio rojo, pero dentro del barrio rojo la prostitución estuviese prohibida.

Sin embargo, a mi juicio lo absurdo de la situación no es eso, sino que se intente gravar a un medio que es por definición neutro, como cualquier otro. En un medio como Internet, una plaza, un colegio o un paseo peatonal se pueden eventualmente realizar actividades ilegales, pero es absurdo que la sociedad pague a una institución privada por dicha eventualidad, que sigue siendo igualmente ilegal.

Como planteó Pepe Lozano refiriéndose al canon digital en España, imponer un impuesto a un medio -en este caso Internet- es tan absurdo como poner un impuesto a tener orejas, ya que por medio de ellas podemos acceder a material ilegal.

Si medidas como estas ya serían absurdo con temas socialmente más complejos, como el tráfico de drogas, en el caso de la SCD sería realmente un chiste. Claramente no se trata de otra cosa que la protección legal de un grupo de presión que se ha negado a aceptar un nuevo contexto, y espera imponer mayores restricciones a la creación y difusión cultural para mantener intacto su modelo de negocios, heredado de los tiempos en que cabían 80 minutos en un soporte, y no se podía duplicar de manera casera, o donde teníamos que pagar precios prohibitivos para la mayoría de la población por un contenido calificado de cultural.

La protección de estas instituciones por parte del estado nos muestra que hay a quienes no les importa limitar el acceso a la cultura con tal de no adaptarse a los tiempos, y a quienes debe financiar precisamente la gente a la que se limita el acceso a los contenidos (y por tanto, quienes no la necesitan).

Algunos diran que hay que proteger a los artistas chilenos. Creo que este tipo de iniciativas e instituciones hacen un flaco favor a los artistas, al ponerlos del lado de una defensa corporativa en lugar de la difusión de su arte.

Otros dirán que la industria de la música está en crisis, y si no se la protege, puede terminar. Es la producción artística la que debemos proteger como sociedad, no a instituciones monopólicas y abusivas como la SCD. Si la industria musical está mal, QUE REVIENTE!!!

Aquí pueden ver los links de la noticia en FayerWayer, Huasonic, Liberación digital y Meneame.

5 comentarios:

Alejandro Barrera dijo...

Gracias por la difusión Machine.

Cree también un grupo en Facebook por si quieren unirse:

http://www.facebook.com/group.php?gid=34408516614&ref=ts

Saludos!

Pelao dijo...

Apoyo el pirateo por una simple razón:

El artista ha dejado de ser ese joven romántico, nostálgico, q gratuitamente alegra y alegraba con su alma jolgoriosa tanto carrete penca, fogata en la playa, camping en las montañas, relegandoe este puesto a seudos artistas que aprenden a tocar guitarra (u otro instrumento musical) nada más que con la intención de atraer a unos cuantos especímenes hipotestosteronizados (o hipoestrogenizados, pero eso es menos común).

El artista real, aquel carismático, talentoso (no se entienda por artista del rojo) es antropofagiado por grandes industrias musicales que actúan cual manager de boxeador, exprimiendo hasta la última gota de talento transformando al artista en un cualquiera o en Ricky Martin (quien gracias a dios ha vuelto a sus raíces, ya no hace movimientos asexuados ni le canta al bum bum, chiqui chiqui, tra tra, ni a la ave maría...)

Viva el pirateo, viva la producción local, a baja escala, heterogenizante... abajo la SCD (no cacho mucho de música pero a la mierda con ella junto con la Sony y la arribista Alerce)

Queremos los talentosos de vuelta a nuestras fogatas, a la peña, sólo para nosotros y dándoles como único pago nuestro fervor y uno que otro trutro jugoso, pero del barrio...

Cotto, q bueno q volviste a publicar, aunq no sea tuyo...

tupáturupá dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
tupáturupá dijo...

que reviente la industria musical, que reviente ya!!

Alegría dijo...

Que la SCD la chupe con mayo... no sé qué tienen en la cabeza los weones, ni que su música fuese una revelación para los oídos, un privilegio de burgueses... qué onda.
Se fueron al chancho, en serio... y no están pensando en el público los csm... grrrr
Ya, soy la número 5... te faltan 12 lectores... pero descontando el comentario suprimido... te faltan 13 (una lumbrera, eso es lo que soy)
Saludos
ale.-