domingo, septiembre 30, 2007

Una mierda de persona o como la PUC me cambió la vida

Animado por lo honrado que me siento luego de tener una llamada perdida desde New Zeland decidí actualizar el blog. Ahora la historia que contaré vino a mi cabeza por esta conversación.

Colega.. says:
es q cuando estaba en el colegio, todos los q me conocían, dentro y fuera, me detestaban, me decian q era super pesada
Colega.. says:
si soy como el vino, me pongo mejor con los años, (en todo sentido)
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
na... yo creo que al igual que te paso lo mismo que me paso a mi
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
yo era ñoño... de hecho lo soy, sólo que ingresé en una carrera donde los ñoños somos mayoria
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
lo mismo con la gente pesada
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
un sociólogo o es ñoño o pesado (pasado a mierda sería l a mejor descripción)
Colega.. says:
ridiculo
Colega... says:
yo no se en q categoria puedo caer, pq me ha dicho las dos
Tortugas Voladoras Gigantes (ni nijas ni mutantes) says:
tons eso significa que eres una socióloga de tomo y lomo

Hace un tiempo que públicamente me vengo declarando un ñoño. Un ñoño especial, porque aun sigo encontrando a muchos más noños que yo, sin embargo, he comenzado a dudar de mi. Quizás no soy tan ñoño como pienso y quizás hasta formo parte del otro lado de la distinción. Desde que comencé a comer pasas para poder recordar historias que contar me he cuestionado el contar esta historia ¿Por qué? Pos porque a nadie le gusta quedar mal… lo reconozco, después de esto la pregunta sobre quien es una mierda de persona si S. Piñera o yo, no tendrá una respuesta sencilla.
Todo ocurrió la madrugada del 30 de diciembre del 2006. Estaba yo y nuevamente con mi amigo Alvaro (parece que siempre estoy con él, pero no es así) tomando en un bar de Rgua que se llama Zpasio Zero. Aquí haré una pausa para decirles que el resto es lo que recuerdo del relato que mi el Koko me contó, porque yo esa noche cerré las trasmisiones en algún momento entre las 1 y 2 de la mañana. Resulta que estábamos tomando parados en una barra que se construyó alrededor de una palmera conversando de aquellos temas que hablan los sociólogos PUC (vale decir del poto y del pico) cuando, según lo que me cuenta, detrás de mi se pararon un tipo y dos mujeres. El conflicto comenzó cuando el tipo tomó mi vaso de cerveza y comenzó a beber de él. Ahí afloró todo el capital cultural de estudiante de liceo municipal de mi amigo y le empezó a echar la choreada pa que me devolviera el vaso. Cuando la negociación por el control del vaso parecía acercarse a punto muerto, yo, casi inconciente por el alcohol bebido… mejor dicho, casi a punto de hacerle una visita al piso de lo curado que estaba, sin siquiera voltear a mirar con quien discutía Alvaro digo:
-Pelao… déjalo-
-No, si el vaso es tuyo-
-Na… dejalo... ¿Es Errazuriz, es Morande, es Larraín?. He tratado con tanta gente de clase en mi vida que no voy a preocupar por este-
La reacción (insisto de esto yo no me acuerdo) fue dispar. Mientras el loco se quedo quieto y en silencio, las dos minas que lo acompañaban explotaron en ira.
-Que te crei rucio culiao. ¿De donde saliste, shushetumare? Andate… Andate-
El Koko me dice que les falto poco pa que me pegaran y que él me dijo que nos fuéramos y así lo hicimos. Ni les cuento la caña que tuve ese día… ni el siguiente… recien vine a recuperarme 3 horas antes de año nuevo.
El análisis que Alvaro hace del efecto que produjeron mis palabras en esas dos mujeres parece plausible al momento de querer explicar su reacción. Dice que eran gente de clase media baja, que se notaba que se habían preocupado de se habían producido para salir ese día y que lo más probable es que anduviesen con la mejor ropa que tenían, pero que con el ninguneo que les hice fue como si estuvieran en pelota en medio del local y todos las estuvieran mirando y apuntando.

De un tiempo ha esta parte debo reconocer que he tenido varias reacciones de ese tipo. Ante la más mínima agresión o intento de agresión que percibo hacia mi persona o algún amigo, respondo rápida e intuitivamente con un ninguneo que por lo general provoca que el ninguneado intente agredirme físicamente. Cuando estoy sobrio, me contengo y sólo castigo con el látigo de la indiferencia, pero curado, no... el chico PUC que llevo dentro salta y escupe acido rápidamente y me hace hablar weas.

En resumen hoy por hoy no sé si soy de los sociólogos que son ñoños o simplemente de los pasados a mierda, tiendo a creer que más bien soy ñoño, porque lo pasado a mierda que tengo no es por ser sociólogo. No, sociólogos pasados a mierda por ser sociólogos son Alejandro y Sergio. Yo soy pasado a mierda por haber estudiado en la PUC y, creo que es mejor reconocerlo antes de que alguien me acuse de ello, porque hay mucho de arribista en mi, aunque mi crianza católica intente reprimirlo.

martes, septiembre 18, 2007

Tortugas Voladoras Gigantes (ni ninjas ni mutantes)

Yo debo reconocer que me he reído mucho en mi vida, fuerte y mucho, tanto que hasta en el casino donde como me mandan a callar los carabineros, pero nunca me rei tanto como aquel día en el Plaza Vespucio.

El protagonista de esta historia es Jefe, Jaimillo pa los amigos. Jefe es un buen tipo, viene desde Los Andes y al igual de muchos de mis amigos estudió con beca en la PUC, de hecho hoy es ingeniero comercial y está en el noveno decil de ingreso, muy lejos de donde estaba al momento de la historia. Jaimillo físicamente se distinguía por andar siempre de buzo y porque no pasaba desapercibido en espacios pequeños y congestionados. Jefe es un hombre bajo, de unos 165 cms y unos 110 kilos de peso, si es que no pesa más. También le decían Mario, porque su figura recuerda mucho a del personaje de Nintendo: cabeza grande, barbon, cuerpo redondo y patas cortas.

Todo sucedió una tarde de invierno. La tarde había comenzado mal para mi, iba en el metro con mi buen amigo, Alvaro, con Ramos y con Jefe camino al mall y los tres se pusieron a jugar con la insignia con velcro de mi chaqueta militar, se la tiraban unos a otros en sus chalecos de lana, hasta que Alvaro decide tirarla y pegarla en la espalda de una liceana que justo en ese momento se bajaba en Mirador, tuve que apresurarme en correr a quitársela de la espalda sin que se diera cuenta y volver al tren antes de que este partiera y me quedase abajo… lo logré, pero no evité que se rieran de mi por la siguiente hora. Si hubiesen querido podrían haberse reído toda la semana de mi, pero pasó algo mejor.

La razón por la cual íbamos al mall con los Confites (capitulo aparte la explicación de que son o eran los confites) es que la FEUC se había conseguido un descuento para jugar bowling en plaza vespucio entre las 12 y las 18 hrs a un precio ridiculamente bajo (gracias Jaime Guzmán por favor concedido), entonces cada dos semanas partíamos una tarde a jugar. Ese día como cualquier otro llegamos a jugar, sólo que esta vez, éramos un poco más de lo que acostumbrábamos a ir, en total éramos unos 10 jugando en 2 “mesas” contiguas. Yo jugué con Jefe, Alvaro, Ramos y Cozano. Por ahí de la mitad del partido, Jefe se preparaba para su tiro mientras la maquina colocaba los palos en posición y lo hacía como lo hacen los tenistas durante un partido, movía el brazo hacia atrás y hacia delante pensando en como sería su próximo tiro, de hecho lo hacía siempre y yo lo webiaba por eso. Estaba en eso, practicando, cuando no midió bien la fuerza del movimiento y se le arrancó la bola antes de que los palos estuvieran listos. Puso cara de “Avísenme si la cago”, nos miró a Alvaro y a mi, entonces, casi por instinto le grite: “¡weon! ¡Anda a buscarla!”

Me imagino que si han leído mi blog antes se imaginan lo que sucedió después… Jefe salió corriendo detrás de la bola instantáneamente después de que le grité, mientras yo le gritaba que volviera y el resto de los Confites y de los que estaban en el bowling se cagaban de la risa. Las patas cortas de Jaime casí no se veían de lo rápido que corría por el parquet de la pista. Finalmente pude levantar la voz por sobre todo el ruido de las risas del salón de bowling y lograr que Jaimillo me escuchara y lograse reflexionar… Jaime se detuvo, pero no de la manera que el lo deseaba. A esa altura de su “carrera” el ya había pasado la mitad de la pista y al intentar frenar se le olvido que llevaba zapatos sin agarre y caminaba sobre un parquet ultra encerado. Resultado de la ecuación… Jaime resbaló, patinó un poco hasta que se le ocurrió levantar los brazos. Gran error, esto provoco que perdiera el balance y que volase espectacularmente agitando su brazos y pies en el aire como lo hacen las tortugas cuando las pones de espaldas. Aterrizó de poto en la pista y se deslizó hasta quedar a unos 3 metros de los palos. Una vez que logro levantarse, corrió de nuevo de vuelta hacia el lugar del cual nunca debió salir tan sólo para recibir el cariñoso regaño del administrador de bowling quien le explicó de manera amable, pero enérgica a lo menos 5 razones por las cual no debía hacerse aquello que acaba de hacer.

Luego de reírnos unos 10 minutos más, decidimos que no podíamos continuar jugando y nos fuimos de vuelta a la U y Jaime a su casa. En la U le contamos a todos los que no fueron y al día siguiente no se hablaba de otra cosa, ese mes no se hablo de nada más. Sergio como siempre supo como a la semana después y se dedicó a revivir el recuerdo durante un almuerzo en el Playero. Llegó cuando estábamos todos sentados, miró a Jaime, levantó los brazos y comenzó a moverlos mientras parecía que se iba de espalda. Ahí Jefe se ganó otro mes de webeo.

Jaime quedó marcado por ese momento, no dejamos de recordárselo cada vez que el weon hinchaba mucho (y pucha que hinchaba ese weon) y es que la imagen de ver a una tortuga de 110 kilos volando por los aires y aterrizando de espaldas no se borra y les aseguro que es lo más gracioso que he visto, no puedo imaginar algo que lo supere.

[Desde ahora en adelante espero aplicaré el mandamiento de mi amiga Ale… you sapeas, you posteas. Saludos. OPC]

domingo, septiembre 02, 2007

Sobre el bullying... y sobre Valin P.

Uno de los mayores problemas que enfrento para actualizar mi blog (junto con lo demandante de mi horario de trabajo y mi adicción a los Teletrak) es que no tengo historias que contar... o sea podría inventarlas, la mayoría lo hace, pero no, yo cuento cosas que me pasaron.

El viernes estaba en unos amigos y de una me salieron 4 historias dignas de contar acá... tons mi problema es mi mala memoria... me reseteo cada 3 años, borro todo aquello que no vi en la tele o el cine. Hoy es domingo, al menos por 3 minutos más y de nuevo olvidé las historias, excepto una... la de Valin P.3000cc

Yo me defino desde lo ñoño que soy...desde lo flayte y lo ñoño que soy, o sea, si no hubiera sido ñoño probablemente nunca hubiera aprendido a tipear sin mirar el teclado. Ser ñoño pudo ser un problema durante mi época de liceo... pudo serlo.

El año de mi ingreso al liceo se les ocurrió separarnos por nota... así quede en el tercer mejor curso en 1ro, en 3ero estaba en el segundo y en 4to en el mejor. No creo que haga falta pensar mucho pa imaginarse que todos mis compañeros durante la educación media eran igual o más pasteles que yo. De esta manera nunca me vi afectado por la dinámica del Bullying, no porque hubiera alguien más pastel yo, sino porque no existía entre nosotros (quizás por solidaridad). Los estudiantes de los otros cursos se burlaban de nosotros pero entre nosotros no lo haciamos... hasta que Valin nos contó algo.

Valin, se llama Cristian, y su aspecto físico lo colocaba en el primer lugar de los webiables en el curso... flaco, blancucho, tiritón y de manos humedas. Todo hombre sabe que los dos últimos atributos bastaban para molestarlo por pajero... pa'l que no sepa lo que es eso, le explico... pajearse = masturbarse... ahora si no sabe lo que es eso... matese.

El tema es que Valin nunca negó que fuese un pajero, siempre lo afirmó y hasta parecía sentir orgullo de ello. Es por ello que un día al preguntarle cuantas veces lo hacía por día, nos contó que, exceptuando semana santa y navidad (esos días no se masturbaba), lo hacía dos veces al día desde los 12 años. Alvaro nos comentó que había leído por ahí, que por cada eyaculación el hombre liberaba 1 cc de semen (no se si es verdad, en ese momento no le creí y aun no lo hago). Eso hizo el siguiente paso obvio... calcular cuantas veces se habia masturbado Valin en toda su vida y saber cuando semen había eyaculado a lo largo de toda su pubertad... la suma fue... 2952 cc... tan solo quedaban 24 días para que alcanzara la notable suma de 3000 cc (3 litros). La noticia se propagó rapidamente entre mis compañeros, al final del día habíamos fundado la Logia P en honor a Valin, con el fin de preparar las actividades homenaje el día en que llegara a la cifra mágica.

A medida que se acercaba el gran día, los preparativos avanzaban y la discusión se centraba en si debíamos llevarlo a un cafe con piernas o simplemente sacarle la cresta por pajero, las constantes conversaciones sobre Valin y el número 3000 llamaron la atención de nuestras compañeras a quienes habíamos restado de la noticia. La Sole... la mina más rica, linda e inteligente de nuetro curso se sentaba delante de Alvaro y yo, nos preguntó:
-"¿qué es eso de Valin y los 3000 cc?"
.... Nos aguantamos todo lo que pudimos, pero la tentación era mucha... ... ... ... ...
-"mira lo que pasa es que este weon nos contó que..."
Le contamos todo, si hubieramos sabido como hacerlo, le haciamos un powerpoint explicativo sobre la situación. Sin embargo, la Sole no se rio como esperabamos... se quedo mirando con extrañesa, tratando de digerir lo que le contabamos y nos preguntó "espera... ¿cómo saben cuanto lleva?"... aunque ya le habíamos explicado como habiamos hecho el cálculo no se lo creía, así que yo le dije "es que lo junta... tiene una botella de dos litros llena y otra a la mitad"... y esa, increiblemente, se transformó en la historia oficial hasta el dia de hoy.

En un dia todos comenzaron a comentar sobre Valin y sus botellas y los calificativos de asqueroso , cochino y chancho, comenzaron a asociarse a su nombre... ¿sus compañeros de logia?... no desmintieron la historia. Es que la imagen era muy divertida... eso si, ese fue el último momento de igualdad entre nostros... ahi comenzo nuestro bullying, claro que no fue por acción directa de nosotros sobre Valin, sino por omisión, nunca frenamos el mito de las botellas de coca-cola.

Valin, no se preocupó mucho por la situación, me reclamó un par de veces pero luego se lo tomó pa la chachota, tanto que hizo un video junto a otros compañeros donde interpretaba a un marciano llamado VP3000cc y, con el tiempo, dejó atrás su pajerismo (al menos eso creemos), consiguio novia y logró bailar con la Sole en el pasado cumpleaños de Alvaro.